En tiempos de bonanza económica, antes de que estallara la crisis, los propietarios de viviendas en alquiler pedían avales bancarios o fianzas desorbitadas a sus inquilinos para asegurarse, en caso de impago, el cobro de las mensualidades no abonadas. Hoy en día, con el agravamiento de la situación económica, es impensable pedir medidas como estas, ya que los inquilinos son reticentes y lo perciben...