El mercado inmobiliario ofrece múltiples opciones de compraventa, y una de las menos conocidas pero más interesantes es la nuda propiedad. Se trata de una fórmula que permite al propietario vender su vivienda sin dejar de vivir en ella, una solución atractiva para personas mayores que buscan liquidez y para inversores que quieren adquirir inmuebles a precios reducidos.
En este artículo, te explicamos cómo funciona la nuda propiedad, qué ventajas ofrece y qué aspectos debes tener en cuenta antes de optar por esta alternativa.
¿Qué es la nuda propiedad y cómo funciona?
Cuando una persona es propietaria de un inmueble, tiene dos derechos principales sobre él:
- La nuda propiedad, que es el derecho de posesión y disposición del bien.
- El usufructo, que es el derecho a usarlo y disfrutarlo (vivir en él, alquilarlo, etc.).
La venta de la nuda propiedad significa que el propietario cede el derecho de posesión a un comprador, pero mantiene el usufructo, es decir, puede seguir viviendo en la vivienda hasta su fallecimiento o durante el período acordado.
El comprador, por su parte, adquiere la propiedad a un precio más bajo que el de mercado, a la espera de que se extinga el usufructo para poder disponer libremente del inmueble.
Ventajas para el vendedor: liquidez sin perder el hogar
Para muchos propietarios, especialmente personas mayores, la nuda propiedad representa una fuente de ingresos sin necesidad de abandonar su vivienda. Entre sus principales ventajas están:
- Liquidez inmediata: Se obtiene un capital que puede utilizarse para mejorar la calidad de vida, afrontar gastos médicos o ayudar a familiares.
- Sin pérdida del hogar: Se mantiene el derecho a vivir en la vivienda de por vida o por el tiempo pactado.
- Exención del IBI y otros gastos: En muchos casos, el comprador asume los impuestos y gastos de la propiedad, reduciendo la carga financiera del vendedor.
Beneficios para el comprador: inversión a futuro
Desde el punto de vista del comprador, la adquisición de una nuda propiedad es una inversión a largo plazo con múltiples ventajas:
- Precio reducido: Se compra el inmueble a un coste inferior al de mercado, con descuentos que pueden oscilar entre el 30% y el 50%.
- Sin prisas por rentabilizar: No hay que pagar una hipoteca para ocupar la vivienda de inmediato, lo que permite planificar la inversión sin urgencias.
- Revalorización del inmueble: A largo plazo, la vivienda puede aumentar de valor, lo que maximiza la rentabilidad cuando el comprador pueda disponer libremente de ella.
Aspectos legales y fiscales a tener en cuenta
Antes de optar por la nuda propiedad, tanto vendedores como compradores deben considerar ciertos factores:
- Contrato y condiciones: Es fundamental que la operación quede bien detallada en un contrato, especificando el usufructo vitalicio o temporal, quién asume los gastos y qué sucede en caso de venta futura.
- Fiscalidad: El vendedor tributa en el IRPF por la ganancia patrimonial obtenida, mientras que el comprador pagará el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP).
- Valoración de la vivienda: El precio de la nuda propiedad varía en función de la edad del usufructuario y del valor de mercado del inmueble.
Tendencia creciente en España
En los últimos años, la nuda propiedad ha ganado popularidad en España, especialmente en ciudades como Barcelona y Madrid, donde la demanda de inversión inmobiliaria sigue en auge. Muchas personas mayores ven en esta fórmula una alternativa para mantener su nivel de vida sin depender de préstamos o hipotecas inversas.
Una opción a considerar
Si eres propietario y necesitas liquidez sin renunciar a tu hogar, o si eres inversor y buscas una oportunidad inmobiliaria a largo plazo, la nuda propiedad puede ser una excelente alternativa.
En Serra, te asesoramos en cada paso del proceso para que tomes la mejor decisión en función de tus necesidades y objetivos. Si quieres saber más sobre esta opción, contacta con nosotros y te ayudaremos a valorar si la nuda propiedad es la mejor opción para ti.
