El aumento de las situaciones de impagos de los recibos de alquiler provoca que, cada vez con más frecuencia, los propietarios tengan miedo a alquilar sus propiedades, y pidan unas garantías económicas desmesuradas, a las que los inquilinos no pueden hacer frente.

En tiempos de bonanza económica, antes de que estallara la crisis, los propietarios de viviendas en alquiler pedían avales bancarios o fianzas desorbitadas a sus inquilinos para asegurarse, en caso de impago, el cobro de las mensualidades no abonadas. Hoy en día, con el agravamiento de la situación económica, es impensable pedir medidas como estas, ya que los inquilinos son reticentes y lo perciben como un impedimento a la hora de alquilar un inmueble, lo que provoca que puedan decantarse por inmuebles que no requieren tantas exigencias económicas de garantía. Así pues, ¿qué pueden hacer los propietarios para asegurar el cobro de aquellos recibos que, por el motivo que sea, el inquilino ha dejado de abonar? Existen varios mecanismos y herramientas para asegurar al propietario que, pase lo que pase, cobrará las mensualidades impagadas.

El primas paso, evidentemente, es aplicar medidas preventivas para tratar de evitar la morosidad. Estas medidas se aplicarán desde un principio, en la selección de los inquilinos, asegurándonos, en la medida de lo posible, su solvencia y fiabilidad económica. Existen bases de datos a las que se puede acceder para obtener un perfil detallado del futuro inquilino y comprobar si figura en listas de morosidad, por ejemplo. También se debe comprobar la documentación presentada, los contratos de trabajo y las nóminas, autentificándose siempre que sea necesario.

Una vez comprobada la viabilidad financiera de los futuros inquilinos, en el momento de formalizar el contrato se pueden pedir varios recursos económicos en concepto de garantía. Pedir una fianza de dos mensualidades es habitual para poder hacer frente a pequeños impagos. También se pueden pedir depósitos complementarios o avales bancarios, pero como ya hemos comentado, estas medidas aumentan mucho el gasto de aquellos que optan al alquiler y por tanto no son muy bien recibidas.

Una medida muy completa y efectiva de garantía de cobro de las rentas, son los seguros por impago. Estos permiten a los propietarios cobrar las cantidades impagadas y también pueden cubrir los posibles destrozos realizados por los antiguos inquilinos de la vivienda. También suelen incluir la defensa jurídica en caso de que sea necesario proceder a un desahucio judicial. Otra ventaja de estos seguros es que también sirven de filtro para escoger inquilino, ya que antes de formalizar el contrato la compañía aseguradora, o la inmobiliaria, realizan un estudio de viabilidad de los futuros inquilinos.

De entre todas las medidas para garantizar el cobro de las rentas, la del seguro es la que más adeptos está ganando entre los propietarios. La póliza de impago es una de las garantías más demandadas y la que más ha crecido en los últimos años, según datos del Observatorio Español del Seguro del Alquiler (OESA por sus siglas en español).

Así pues, hoy en día, existen medidas suficientes para asegurar el pago de las cuotas impagadas y hacer que los propietarios puedan alquilar sus inmuebles con garantías y con la máxima tranquilidad.